¿Y CUANDO LA ESTRELLA SE OCULTA…?

Una vez emprendido el camino, después de un cierto tiempo, la estrella se ocultó para los Magos.

Su sorpresa debió de ser grande. ¿Qué hacer?, se dirían. ¿Volver atrás?

Cuando se hizo la oscuridad en el cielo los Magos debieron sentir una oscuridad en sus corazones. Esta situación es la prueba que todo hombre experimenta en el camino hacia Dios. Difícilmente será posible encontrar un sólo santo que no haya experimentado esa oscuridad de un modo o de otro. ¿Qué sentido tiene esa prueba? ¿Para qué sirve?

La respuesta más clara es que Dios quiere purificar el alma. Cuando un alma es fiel a la vocación en la oscuridad, es decir, sin compensaciones humanas, su amor es más generoso: ama a Dios por Él mismo, más que por las ventajas que le llegan.

La fidelidad se robustece, ya no depende de los buenos o malos humores, ni de las ganas o desganas o de la mayor o menor luz. Es fiel con fidelidad probada.

Las oscuridades llevan a la humildad, y la humildad limpia la mirada para creer con más fe porque quita el barro que ocultaba la nitidez de la visión más pura.