MANOS VACÍAS

Un joven que había escuchado en vano por varios años el mensaje del evangelio, llegó por fin a convertirse un mes antes de su muerte. Grande paz y gozo inundó su corazón después de tan feliz experiencia, pero pocas horas antes de su muerte, hallándose rodeado de varios amigos creyentes, su cara se nubló otra vez por la tristeza. - ¿Qué te pasa ---le preguntó uno de los circunstantes---, no confías en la obra perfecta de Cristo? -Sí, todo está bien, sé que el Señor Jesús me salva, pero, ¡es tan triste tener que presentarme ante El con las manos vacías! Este incidente, presenciado por un poeta cristiano inglés, dio lugar a que escribiese el hermoso himno numero 789 del Songs and Solos, que refiere dicho caso.