Una señora muy pobre telefoneó a un programa cristiano de radio pidiendo ayuda.
Un brujo que oía el programa consiguió su dirección, llamó a sus secretarios y ordenó que compraran alimentos y los llevaran hacia la mujer, con la siguiente instrucción:
"..Cuando ella pregunte quién mandó estos alimentos, respondan: ¡FUE EL DIABLO!.." Cuando llegaron a la casa, la mujer los recibió con alegría y fue inmediatamente guardando los alimentos que le llevaron los secretarios del brujo. Al ver que ella no preguntaba nada, ellos le dijeron: "..Señora, ¿No quiere saber quién le envió estas cosas?..
" La mujer, en la simplicidad de la fé, respondió: "..No, mi hijo, no es preciso. Cuando Dios manda, ¡Hasta el diablo obedece!.."