Al final de un año y comienzo del otro debemos, como en toda empresa, hacer balance de nuestra vida. Y podemos decir como el Beato Alvaro del Portillo la jaculatoria: “Gracias, perdón, ayúdame más”.
- “Gracias”, Señor, por tantos favores recibidos en el año que concluye. - “Perdón” por no haber correspondido a tantas gracias tuyas.
- “Ayúdame más” a ser fiel a ti y misericordioso con los demás en el “año de la misericordia”.