Comenzamos rezando: un Credo, un Padrenuestro y una Avemaría.
Cada decena empieza así: “Padre Eterno: te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y por los del mundo entero”. Rezamos diez veces (en lugar de las 10 Avemarías del Rosario): “Por su dolorosa Pasión / ten misericordia de nosotros y del mundo entero”.
Terminadas las cinco decenas, se reza: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”.