EL DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS

Hoy se celebra el “Domingo de la Palabra de Dios”. Es una iniciativa que el Papa Francisco confía a toda la Iglesia para que, “la comunidad cristiana se centre en el gran valor que la Palabra de Dios ocupa en su existencia cotidiana” (Aperuit illis 2).

El 30 de septiembre pasado, durante el 1600 aniversario de la muerte de San Jerónimo, gran estudioso de la Sagrada Escritura y traductor de los textos originales al latín, el Papa Francisco hacía pública la Carta Apostólica Aperuit illis con la que instituía este Domingo.

EL CAMINO DE LOS DISCÍPULOS DE EMAUS

Esta celebración tiene un logotipo que es como una catequesis para ayudar a comprender el significado de la celebración de este domingo. En este caso se ha tomado una escena bíblica muy conocida: el camino de los discípulos a la aldea de Emaús (cf. Lc 24,13-35), cuando en un momento dado del trayecto se acerca Jesús resucitado. El icono destaca muchos aspectos que convergen en el Domingo de la Palabra de Dios. Se pueden observar los personajes. Junto al Cristo que tiene en sus manos el "pergamino del Libro", es decir, la Sagrada Escritura que se cumple en su persona, están los dos discípulos: Cleofás, como dice Lucas, y, según algunos exegetas, su esposa. Los dos rostros de los discípulos están vueltos al Señor; sus manos indican, respectivamente, la mano izquierda de la mujer a Cristo mismo, para afirmar que Él es el cumplimiento de las antiguas promesas y la Palabra viva que debe ser anunciada al mundo; la mano izquierda de Cleofás indica, en cambio, el camino que los discípulos deben recorrer para llevar a todos la buena nueva del Evangelio.

GESTO DEL PAPA PARA ANIMAR A LEER LA BIBLIA

Hoy el Papa celebrará una Eucaristía en la basílica de San Pedro, y al final de la celebración hará un gesto simbólico: entregará la Biblia a 40 personas que representan tantas expresiones de nuestra vida cotidiana. En resumen, a todos se les entrega la Sagrada Escritura para indicar la atención que estamos llamados a conceder a la Palabra de Dios, para que no quede como un libro en nuestras manos, sino que se convierta más bien en una continua llamada a la oración, la lectura, la meditación y el estudio. Este domingo, quiere llamar a todos los cristianos a no dejar la Biblia como uno de los muchos libros en el estante de casa, quizás lleno de polvo, sino como un instrumento que despierte nuestra fe.