Acto de consagración a Jesús misericordioso. Jesús lo dictó a Santa Faustina
Oh! Jesús misericordioso, tu bondad es infinita y los tesoros de tus gracias son inagotables.
Confío ilimitadamente en tu Misericordia que sobrepasa a todas tus obras.
Me consagro enteramente a Ti para vivir bajo los rayos de tu gracia y de tu amor que brotaron de tu corazón traspasado en la Cruz.
Quiero dar a conocer tu Misericordia y rezar especialmente por la conversión de los pecadores; consolar y apoyar a los pobres, los afligidos y los enfermos.
Mas Tú me protegerás como tu propiedad, pues todo lo temo de mi debilidad y todo lo espero de Tu Misericordia .
Que toda la humanidad comprenda el abismo insondable de Tu Misericordia, que ponga toda su esperanza en ella y te alabe por toda la eternidad.
Amén.
REZO DE LA CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA (para rezarla con las cuentas del Rosario)
Comenzamos rezando: un Credo, un Padrenuestro y una Avemaría.
Cada decena empieza así: “Padre Eterno: te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y por los del mundo entero”. Rezamos diez veces (en lugar de las 10 Avemarías del Rosario): “Por su dolorosa Pasión / ten misericordia de nosotros y del mundo entero”. Terminadas las cinco decenas, se reza: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”.