ADVIENTO: ACOMPAÑAR A MARÍA

El Adviento es tiempo para acompañar a la Virgen embarazada durante las últimas semanas de su Buena Esperanza, cuando el peso de Jesús se hace sentir más. Con Ella se aprende a llevar el peso de Dios, y de todo lo que es de Dios, lo que Dios ha querido poner sobre nuestros hombros.

En primer lugar, el peso de la propia existencia, que al avanzar el tiempo va haciéndose más gravoso. El peso del trabajo, de las relaciones familiares, profesionales, sociales, económicos, de la debilidad física o moral, es llevadero y quizá incluso liviano y gozoso, si lo llevamos con el espíritu de quien sabe que todo es para el bien de los que aman a Dios. De este modo vivimos el espíritu de penitencia y purificación –tanpropio del tiempo de Adviento-, como debe ser, con alegría honda, esperanzada y agradecida.

Dios carga sobre nosotros «su peso» para que con Él, por Él y en Él santifiquemos esta existencia de corta duración, santificando todo lo que toquemos: los deberes de estado, los deberes de cristianos coherentes, para arribar con el espíritu enhiesto, purificado, entero, al Belén eterno, punto de referencia cierto e indispensable para recorrer con garbo el camino de la vida en la tierra.

Adviento es tiempo para conversar con María.

¿De qué? ¿Acerca de qué sueles conversar las personas?