27 DE NOVIEMBRE Y AÑO NUEVO

E s 27 de noviembre, y los grandes almacenes ya están llenos de turrón, juguetes y cava. Las calles de las ciudades ya tienen dispuestas las luces de Navidad. En la televisión, los anuncios suenan a villancico y a "cómpreme a mí los juguetes de sus hijos".

¡Cada vez empiezan antes estas "navidades paralelas" de El Corte Inglés!

En la iglesia, es también 27 de noviembre, y aún no hablamos de la Navidad.

Si El Corte Inglés está celebrando la Navidad casi un mes antes que nosotros, nosotros estamos celebrando el año nuevo un mes antes que ellos. Hoy es, litúrgicamente, el primer día del nuevo año, y en lugar de iniciarse con un brindis se inicia con un grito: "¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!"... Es el grito del hombre que echa de menos a Dios. Quisiera que tú y yo fuésemos ese hombre, y que hiciésemos nuestro ese grito.

¿Tú no echas de menos a Dios? ¿O estás tan lleno de cosas, tan saturado de consuelos terrenos, que ya ni a Dios añoras? Escucha, escucha y ora en silencio:

"Todos somos impuros, nuestras culpas nos arrebatan como el viento"... Este hombre está cansado, aburrido y exhausto porque no soporta seguir conviviendo con el pecado. Se ve incapaz de vencerlo con sus propias fuerzas, y le pide al Señor que venga a rescatarlo: "Restáuranos, que brille tu rostro y nos salve".

Entonces el Señor contesta: "Velad; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos". Es decir: "Sí, rasgaré los cielos y bajaré, como me pides.

Pero... ¿Estás preparado para recibirme? Dices que no soportas tu pecado... De acuerdo, pero ¿luchas de verdad? ¿te confiesas para obtener el Perdón y las fuerzas para seguir luchando? ¿Rezas para no caer en tentación? Me has pedido que acuda en tu auxilio, y acudiré...

Pero ahora no vayas a dormirte, porque cuando llegue quiero verte en el combate".

Como si fuera un tren que está a punto de partir, el año empieza hoy. Y ni tú ni yo queremos verlo alejarse desde el andén. Por eso vamos a entrar de lleno en este diálogo de Adviento.

Vamos a hacer una buena confesión que nos prepare para recibir a Jesús... Y vamos a invocar mucho a la Santísima Virgen en este nuevo año. Ella mantendrá nuestras almas en vela, dispuestas para salir a salvarnos