LA MEDIDA QUE USÉIS, USARÁN CON VOSOTROS

Esa persona te ha hecho daño, y tú dices que la has perdonado.

No le deseas ningún mal. Pero ya no puedes tratarla con el cariño con que la tratabas antes.

¿Qué sucederá si, en el día del Juicio, el Señor te dice: «Te he perdonado y no te deseo mal, pero la relación de amor entre nosotros no puede recomponerse»?

¡Ay de ti!

Recuerda: La medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Esa persona ha cometido una injusticia. Y tú has deseado que reciba su merecido, que pague por lo que hizo.

¿Qué sucederá si, en el día del juicio, el Señor te dice: «Has cometido muchos pecados. Me has llevado a morir en la Cruz. Recibe tu merecido, paga por lo que hiciste»?

¡Ay de ti!

Recuerda: La medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Esa persona te cae mal. Su temperamento no «encaja» con el tuyo. Por eso eres seco con ella; apenas le diriges la palabra. ¿

Qué sucederá si, en el día del Juicio, el Señor te dice: «No me caes bien, disculpa. No hablaré contigo».

¡Ay de ti! Recuerda: La medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces.

Perdonar de verdad y no tener en cuenta las ofensas. Eso libera mucho, y hace no tener la sensación de “pringao”.