DESDE AHORA SERÁS PESCADOR DE HOMBRES

Todos los bautizados estamos llamados a ser colaboradores de Dios, a ir en su lugar y ser palabras de su Palabra, a echar las redes en su nombre para transformar nuestro mundo con el mensaje del Evangelio.

Las lecturas de este domingo nos vienen a lanzar esa pregunta en clave de Dios. Él tiene un proyecto y un plan, un sueño, para cada uno de nosotros. Planes, proyectos y sueños que cargan de sentido nuestro tiempo, nuestros esfuerzos, nuestro proyecto vital y nuestro día a día. Planes que nos hacen sus colaboradores para que su presencia llegue a tantos que le buscan y también a los que se han olvidado de buscar.

El Señor nos dice: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá por mi?”. Digamos cada uno: “Aquí estoy Señor para hacer tu Voluntad”.

La vocación de Isaías y la elección de Simón Pedro como “pescador de hombres” narran la respuesta a la que cada uno de los bautizados en nuestro propio ámbito estamos llamados a responder.

Dios pregunta, ¿quién será mi voz en el mundo?

Se dirige directamente a cada uno y está esperando nuestra respuesta. Hemos de pensar que los planes del Señor no son nuestros planes, que no saldrán las cosas como nosotros planeamos, que a nuestros ojos puede aparecer el fracaso, y que necesitamos no perder una mirada de fe, de esperanza y de amor.

Se trata de confiar que aunque nosotros nos sintamos fracasados, no es a nosotros mismos a quienes hay que poner en el centro, sino a Dios.

“En tu nombre echaré las redes”, pues yo solo fracasaría como antes fracasé…

Cuando se trata de dar una misión, un para qué y un cómo a nuestra vida, Dios cuenta con nosotros, con nuestras capacidades, talentos, habilidades y dones.

Por eso cuando da una misión a Pedro y aquellos pescadores, los convierte en pescadores de hombres, como imagen de que siendo quienes son, los transforma y recrea para ser quiénes están llamados a ser: la Voz, los Brazos, los Pies de Jesús.