LA VIDA ES UNA CUARESMA

La vida del hombre es una gran cuaresma. Pero la cuaresma dura cuarenta días, mientras nuestra vida no sabemos cuánto dura, ni cuándo termina. Sin embargo, en esencia, es lo mismo.

Porque la Cuaresma es un tiempo de misericordia que se otorga al hombre para que se convierta, y que culmina en el juicio de la cruz. Allí, el buen ladrón alcanza el Paraíso, mientras el mal ladrón muere ahogado en su propia rebeldía. Quien no cruza la puerta santa de la Cruz queda fuera de la Pascua.

“Si no os convertís, todos pereceréis lo mismo…” “A ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”. Mientras dura tu vida, los brazos de Cristo están abiertos para ti. Puedes acudir al sacerdote, y obtener el perdón de tus pecados. Si te conviertes, serás recogido por la misericordia de Dios. Pero este tiempo de misericordia tiene un plazo marcado.

Una vez que cruces la puerta santa de la muerte, no encontrarás confesionarios.

El tiempo que entonces se abrirá es el de la justicia. Esta vida es una Cuaresma. Es tu oportunidad, tu gran oportunidad, tu única y última oportunidad. No pierdas el tiempo, no la desperdicies. Conviértete hoy.