¡SÚBETE A ESA HIGUERA!

«Siento envidia de ti, porque tienes fe. Yo quisiera tener fe, pero Dios no me la ha dado. »

Son palabras seductoras, que quizá algunos habéis escuchado de labios de un agnóstico. Dan ganas de responder: «¡Pobrecito! Voy a rezar por ti».

Sin embargo, no siempre la respuesta que pide el corazón es la respuesta correcta. En este caso, más valdría responder: «Si quieres tener fe, búscala, y dios no te la negará.»

Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba. Se subió a un sicomoro para verlo. Este pecador redomado no se lamentaba, diciendo a sus amigos: «Quisiera ver a Jesús, pero no puedo, porque soy muy bajito.» En lugar de eso, echó mano de su ingenio y de sus fuerzas, y puso todos los medios para alcanzar lo que realmente deseaba. Y ¡Vaya si lo alcanzó! Lo visitó Jesús, se convirtió, y cambió su vida.

Díselo a tu amigo: «Si realmente deseas tener fe, busca a un sacerdote. Plantéale tus dudas. Acude a un medio de formación cristiana para que conozcas esa doctrina que quieras creer. Súbete a esa higuera, y te aseguro que Jesús pasará, te mirará, y lo amarás desesperadamente.»

¿Cuál es la enseñanza que nos deja la historia de Zaqueo?

Jesús nos enseña a relacionarnos a través del amor, porque la fuerza, la venganza y el odio solo crean disgusto.

Jesús trató con amor a Zaqueo y lo hizo cambiar hasta que acepta haber engañado a mucha gente y se compromete a devolver.

Todo encuentro con Jesús nos ayuda a cambiar y ser mejores.

¿Por qué no nos decidimos a subir a la higuera? Encontraremos la felicidad al estar con Jesús.