DOMINGO II DE ADVIENTO

“El temor de Dios no es miedo, es humildad” Papa Francisco


Dios revela el misterio de la salvación a los pequeños, no a los sabios y entendidos. Así lo ha recordado el papa Francisco en una de sus últimas homilías en Santa Marta, en la que el Santo Padre se detuvo sobre la virtud de los pequeños que es el temor de Dios, no miedo, sino humildad.

Habló además de los pequeños protagonistas de la Navidad: “En Navidad veremos esta pequeñez: un niño, un establo, una madre, un padre... Las cosas pequeñas. Corazones grandes –señaló– pero actitudes pequeñas.

El Santo Padre insistió en que el “temor del Señor no es el miedo”, es “hacer vida el mandamiento que Dios ha dado a nuestro padre Abrahán: camina en mi presencia y sé irreprensible”. Por eso, el Papa precisó que esta es la humildad, el temor del Señor es la humildad.

Y solo los pequeños –dijo– son capaces de entender plenamente el sentido de la humildad, el sentido del temor del Señor, porque caminando delante del Señor, mirados y cuidados, sienten que el Señor les da la fuerza para ir adelante. “Vivir la humildad cristiana es tener este temor del Señor, que no es miedo”.

La humildad del pequeño –señaló– es la que camina en la presencia del Señor, no habla mal de los otros, mira solamente el servicio, se siente el más pequeño. El Papa Francisco recordó que es “muy humilde” la joven que Dios “mira” para “enviar a su Hijo” y que enseguida va donde su prima Isabel y no dice nada “de lo que había sucedido”.

La humildad –insistió Francisco– es así, caminar en la presencia del Señor, felices, alegres porque somos “mirados por Él”. Y así, con esta humildad, “podemos estar vigilantes en la oración, trabajando en la caridad fraterna y exultantes en la alegría en la alabanza”.