EL SEÑOR ESTÁ CERCA, ¡ALEGRAOS!

«El Adviento es tiempo de alegría, pues permite revivir la espera del acontecimiento más alegre de la histria: el nacimiento del Hijo de Dios de la Virgen María. S

aber que Dios no está lejos, sino cercano; que no es indiferente, sino compasivo; que no es ajeno, sino un Padre misericordioso que nos sigue con cariño en el respeto de nuestra libertad: este es motivo de una alegría profunda que las cambiantes vicisitudes cotidianas no pueden arañar». (San Juan Pablo II)

Ante la llegada de la Navidad… ¿permito a Dios que me quiera? “El Señor nos dice una vez más: “No temáis” (Lc 2,10). Como dijeron los ángeles a los pastores: “No temáis”. Y también yo les repito a todos: “No temáis”. Nuestro Padre tiene paciencia con nosotros, nos ama, nos da a Jesús como guía en el camino a la tierra prometida. Él es la luz que disipa las tinieblas. Él es la misericordia. Nuestro Padre nos perdona siempre. Y Él es nuestra paz. Amén”.

¿Me dejo alcanzar por él, me dejo abrazar por él, o le impido que se acerque? «Pero si yo busco al Señor» – podríamos responder–. Sin embargo, lo más importante no es buscarlo, sino dejar que sea él quien me busque, quien me encuentre y me acaricie con cariño.

Ésta es la pregunta que el Niño nos hace con su sola presencia: ¿permito a Dios que me quiera?