PENTECOSTÉS HOY

Hoy es Pentecostés, hoy es Fiesta grande; y podemos hacernos las siguientes preguntas: 
¿Cuántos cristianos han preparado esta Solemnidad litúrgica?, ¿cuántos invocan a diario al Espíritu Santo?, ¿cuántos se dan cuenta de que son "Templos" del divino Espíritu siempre que están en gracia de Dios?, ¿para cuántos, igual que para los fieles de Éfeso, es el "gran desconocido"? .
Cuando Jesús se despide de sus apóstoles, se ponen tristes por la separación de su Maestro al que quieren y necesitan tanto, pero El les dice: "Os conviene que yo me vaya porque si no me voy no vendrá a vosotros el "Paráclito", el Consolador, el Abogado que nos defiende, el Intercesor ante el Padre. 
 El día de Pentecostés se produjo en los Apóstoles una transformación interior: pasaron de estar en el Cenáculo encerrados por miedo a los judíos a salir a predicar valientemente y ese día se convirtieron tres mil judíos de toda tribu, lengua y nación. 


EL ESPÍRITU SANTO Y NOSOTROS

El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Santísima Trinidad; es una Persona y quiere tener una relación personal de amor con cada uno de nosotros. 
Por eso hoy le invocamos, con la Secuencia: 
Ven dulce Huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

La misma transformación interior que produjo en los Apóstoles la producirá en cada uno de nosotros, tanto de cara a nuestra mejora personal como en nuestra misión apostólica. 
Hoy es el día del apostolado seglar y de la Acción Católica, que nos recuerda que cada cristiano debemos llevar la Luz de Cristo a todos los corazones. Para aspirar a la santidad y para ser apóstoles de Jesús el Espíritu Santo nos repartirá con generosidad sus siete Dones y producirá en cada uno esos exquisitos doce Frutos que nos hagan amar con la fuerza de su Amor. 
María es invocada como la Esposa del Espíritu Santo. A ella le pedimos que desde hoy el "gran desconocido" pase a ser el "gran conocido, tratado, invocado y amado". 
(M.M. de N.) 


ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO Cardenal Verdier


Oh Espíritu Santo, Amor del Padre, y del Hijo, Inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia Santificación.
Espíritu Santo, Dame agudeza para entender capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al empezar dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.